Cómo emprender y encontrar el balance financiero.

"Trabajo mucho y no me alcanza para nada", ¿les suena familiar? Como emprendedor es muy difícil encontrar un punto de equilibrio en las finanzas.

Les voy a decir la verdad: no tengo ni la más remota idea de cómo he sobrevivido más de un año con la incertidumbre financiera del emprendimiento. Estoy segura que parte de mi kit de supervivencia financiera incluye a mis amigos y a mi abuela que de vez en cuando me dan comida, pero se acerca fin de año y con el recién pasado Buen Fin me di cuenta de que no estoy eficientando los pocos ingresos que tengo para llegar sana y salva a navidad ¿a ustedes les pasa?.



Creo a que a todos les pasa en algún momento, unos aprenden rápido y otros se tardan más al grado de acabarse su negocio.

Aprender la lección tampoco es sencillo porque haciendo recuento de los sacrificios que uno hace y los gustos que nos damos por salud mental, a veces terminamos gastando o invirtiendo de más en algo para sentirnos mejor. Luego, llega la cuenta del banco y nos recordamos a nosotros mismos que todavía no somos los empresarios autosuficientes y autosustentables que quisiéramos ser.

“Pero querías ser emprendedor” me grita el estado de cuenta de mi tarjeta cuando empiezo a planear viajes o conciertos. Olviden los viajes y conciertos, cuando quiero invitar a desayunar a mi papá el fin de semana y estoy casi segura que no me va a alcanzar más que para comprar leche y pan “para no gastar tanto y llegar a fin de mes”.

Eso señores, es un reflejo de mi falta de administración y en ese sentido voy a admitir que necesito mucha ayuda para ejercer el autocontrol. Por lo general soy bien administrada, pero cuando añades el factor estrés y el factor incertidumbre, me da por gastar en detallitos que parecen insignificantes, pero que sumados, resultan en un gasto innecesario.

Me he leído todos los artículos que te dan los cinco tips que deberías seguir para ahorrar, los pequeños gastos que deberías cortar para gastar menos, etc. Y lo tengo todo perfectamente identificado pero mi lógica es la siguiente: ahora mismo quiero un café, hoy trabajo desde casa y podría prepararme un café. Tengo tanto trabajo que para cuando termine no tendré ganas de lavar la taza y la cafetera (tengo una chemex porque soy adicta al café) y además, no habré visto la luz del día en todo el día.

Ahora, hay una cafetería a 5 minutos de mi casa, el café les queda delicioso y cuesta 30 pesos. En el mismo tiempo que tardo en hacer el café en mi casa, podría salir a respirar el aire de ciudad, estirar las piernas y regresar a trabajar con café en mano. ¿No valen la pena los 30 pesos gastados? Así mi lógica con los conciertos, el cine (es más barato y menos tiempo que un viaje de fin de semana) o hasta con los viajes (necesitas cambiar de aires para estimular la creatividad).

Eso es solo con los gastos pequeños, los gastos “grandes” (porque mis negocios no tienen empleados todavía) como ropa o equipo tecnológico también se justifican porque sirven a algún propósito de trabajo y aunque me tardo en tomar la decisión, siempre termino haciendo el gasto porque, como el doctor, es una inversión a futuro y una pequeña satisfacción personal.

El problema que yo tengo recientemente es para encontrar el balance que creo realmente se aprende con el tiempo. Porque he visto a emprendedores con negocios de más de 10 años que todavía luchan por encontrarlo, porque cuando ya tienes la computadora nueva, entonces quieres el diseñador para tu website, luego un becario, luego un empleado… y no quieres pagarles mal, no quieres explotarlos… pero no te alcanza.

Y no soy la única, he visto a startups levantar capital e inmediatamente comprar equipo nuevo y contratar personal, contratar proyectos con freelancers que luego no pueden liquidar porque tuvieron que cubrir otros gastos no previstos o porque el dinero se acabó más rápido de lo que generaron ganancias… y tienen que hacer recortes y presionan para vender más. Es difícil encontrar ese punto de equilibrio.

En primera instancia, en el camino emprendedor a mí lo que me ha ayudado (aunque admita que todavía no domino el tema para nada) es saber lo que vale mi tiempo y saber lo que vale también mi tiempo libre, es decir, cuánto cuestan esas cosas que me hacen feliz cuando no trabajo. La mayoría sabe cuánto cuesta su trabajo, pero no toma en cuenta lo que cuesta su tiempo libre.

Lo que yo he hecho es fijarme un “sueldo” por decirlo así que cubra esos gustos además de los gastos normales (renta, comida y teléfono). Dejar el resto para emergencias, para pagar tarjetas de crédito que me saquen de esas emergencias y saber cobrar, tomando siempre en cuenta que entre emprendedores aunque queramos pagar bien, no siempre nos alcanza y siempre termino con la misma conclusión: necesito organizar mejor mi tiempo y conseguirme más clientes emprendedores con quien se pueda tener una relación laboral flexible o ustedes ¿qué sugieren?.

Fuente: Entrepreneur.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario