Advierten del riesgo de bajar subsidios.

Un estudio afirma que, si se eliminaran los aportes para energía y transporte, el IPC crecería un 20%.
POR OLIVER GALAK

La erosión que sufrió en el último tiempo el superávit fiscal primario, sumada a la cercanía de las elecciones, reavivó el debate sobre el futuro de la masa de subsidios, cada vez más abultada dentro del presupuesto nacional. Más allá de que se trate de una continuidad del oficialismo o de un gobierno de otro signo, los economistas coinciden en que el próximo mandato presidencial deberá abordar un plan de reducción de las transferencias que se hacen para transporte y energía, entre otros fines.

Uno de los desafíos que surgirán entonces es el del traslado de la consecuente suba de tarifas a la ya de por sí acelerada inflación. Una proyección de la eliminación de toda la masa de subsidios (casi 50.000 millones de pesos en 2010) señala que el posterior reajuste tarifario podría elevar de golpe unos 20 puntos la inflación general y tener luego un impacto indirecto a medida que esos aumentos se internalicen en otros sectores de la economía.

El dato surge de un informe del Centro de Estudios Económicos del Banco Ciudad. "Según nuestras estimaciones, el impacto inflacionario de primera ronda de la eliminación total de los subsidios sería cercano a los 20 puntos porcentuales, aunque considerando los reacomodamientos que se generarían en otros bienes y servicios el impacto final sobre el IPC [índice de precios al consumidor] sería aún mayor", señala el estudio.

El cálculo, cabe aclarar, parte del supuesto de la eliminación del 100% de los subsidios, una medida que ni economistas ni candidatos creen factible en el corto o mediano plazo. De hecho, de los 20 puntos extra de inflación, 12 surgen de la eliminación de los subsidios que se destinan a los ómnibus; pero aunque haya un reacomodamiento en el precio de los boletos, nadie cree que pueda llegar a cuadruplicarse, que sería la consecuencia natural de la eliminación del 100% de los subsidios.

Algo similar ocurre con los pasajes de tren y de subterráneo. La eliminación de los subsidios haría que los boletos quintupliquen su valor actual: sólo en ese caso extremo e improbable sumaría 2,6% a la inflación general.

En materia de electricidad, un recorte absoluto de los subsidios implicaría un alza del 117% en las tarifas actuales y un aporte de otro 1,9% a la inflación general. Por el lado del gas, la eliminación total de las transferencias estatales a las empresas del sector llevaría a que la tarifa promedio se incremente en un 264%, y la inflación general, en un 2,9 por ciento. "Esto va a ser un eje de discusión de los próximos presupuestos mucho más que hasta ahora", afirmó Alejo Espora, coordinador de Estudios Macroeconómicos y Sectoriales del Banco Ciudad. "Se está tornando insostenible, pero la reducción tiene que ser algo paulatino, de por lo menos dos o tres años."

El estudio del Banco Ciudad aborda otros bienes y servicios cuyos precios están congelados o semicongelados, pero no por obra de los subsidios. Si, por ejemplo, las tarifas de telefonía fija se descongelaran e igualaran el crecimiento del IPC, la inflación sumaría unos 5 puntos porcentuales. Y si lo mismo ocurriera con el servicio de agua, el resultado sería una expansión de 0,8% del IPC general.

En este contexto, es en materia energética donde la masa de subsidios muestra un crecimiento más acelerado y con un resultado que, en muchos casos, provoca una transferencia de recursos que perjudica a los sectores más pobres (el gas por garrafa es hasta ocho veces más caro que la tarifa residencial en barrios de alto poder adquisitivo de la Capital).

Según Nicolás Bridger, economista de Prefinex, en 2010, los subsidios a empresas totalizaron casi 50.000 millones de pesos, de los cuales unos 40.000 millones fueron a transporte y energía y el resto a Aerolíneas Argentinas, producción agroalimentaria y otros. "Este año probablemente estemos por encima de los 60.000 millones de pesos", estimó.

Camilo Tiscornia, de CyT Asesores Económicos, indicó que el crecimiento de la masa de subsidios "a la larga es insostenible, porque hoy en día la situación fiscal no es la de cuatro años atrás". El superávit fiscal primario, que promedió 3,3% del PBI entre 2006 y 2008, se ubicó en 1,7% en el bienio 2009-2010. Esa diferencia de 1,6 puntos del PBI se corresponde con la suba del gasto total en subsidios para energía y transporte.

"Mantener los subsidios implica un costo enorme y creciente. Si desde el punto de vista político se considera que hay que mantenerlos, se puede hacer, pero eso puede entrar en conflicto con otros objetivos de tu política económica, como mantener los superávits gemelos", dijo Tiscornia. De todos modos, descartó que se llegue a una situación de subsidios cero porque en algunos servicios masivos, como los colectivos, nunca se podrían aplicar las tarifas completas.

60.000
Millones de pesos

Es lo que se estima será la masa global de subsidios (sumando energía, transporte y otros) durante este año.

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