Es un hecho. La producción de 0km, el gran motor de la economía, comienza a sentir los efectos de un mercado local más frío y de un socio que compra menos. En noviembre las ventas a concesionarias cayeron 8% contra octubre y los envíos al exterior tuvieron una baja interanual de 18%. Nuevo escenario.
La industria automotriz enfrenta un presente con sabor agridulce.
Sucede que, por un lado, está de festejo dado que tanto la producción como las exportaciones, faltando un mes para cerrar 2011, batieron todos los récords.
En efecto: según datos divulgados por las terminales, de las plantas instaladas en el país ya salieron más de 776.000 unidades, unas 52.000 más que en todo 2010.
En el caso de las ventas al mundo, se superaron los 471.000 autos, lo que equivale a 24.000 más que el año pasado.
De este modo, con las próximas cifras -correspondientes al mes de diciembre-, la industria podrá descorchar y brindar el haber alcanzado nuevas marcas históricas, de la mano de verdaderas "tasas chinas" de crecimiento.
Sin embargo, luego de este "dulce festejo", una vez concluido el 2011, la industria deberá "arremangarse" y trabajar pensando en un nuevo ciclo, bastante distinto al de bonanza vivido hasta ahora.
En efecto, expertos consultados por iProfesional.com destacaron que del fenomenal viento de cola que empujó a todo el negocio vinculado con las automotrices -que incluye a terminales, concesionarias y autopartistas-, se pasará a un escenario dominado por una "leve brisa".
El martes, el presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), Viktor Klima, fue claro al pedir, a través de un comunicado de prensa, "una intensiva cooperación en el país y en la región frente a los desafíos que hoy presenta la economía global".
No es para menos. Tal como había asegurado recientemente el economista Tomás Bulat a iProfesional.com, "todo indica que se terminará el boom de la industria automotriz. El sector muy difícilmente pueda seguir sosteniendo tasas de crecimiento del 20% en un contexto como el actual. Es evidente que las fábricas no podrán seguir trabajando con tres turnos".
"Habrá más inestabilidad: algunos meses la actividad subirá, otros bajará. Pero claramente vamos hacia un 2012 en el que la industria crecerá no más allá del 5%", sentenció.
Por su parte, en lo que respecta al nivel de ventas, el presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), Abel Bomrad, días atrás había reconocido que el sector no prevé para el año próximo revivir el descomunal crecimiento logrado en 2011: "Esperamos una suba del 8%, quizás algún punto más, pero no se van a repetir las disparadas más recientes".
Al cepo cambiario se suma el fantasma de la saturación
El martes se conoció un dato que no hizo más que agregar preocupación en la industria: las ventas de autos desde las terminales hacia las concesionarias están en franca desaceleración.
Si bien en noviembre crecieron un 8% con respecto al mismo mes del 2010, experimentaron una baja superior al 7% en relación a octubre.
Estos números son considerablemente "tibios" respecto a la notable expansión del 27% que acumula el sector en lo que va del año, con tasas de crecimiento "explosivas" como la lograda en octubre, del orden del 34%.
Estos números reforzaron a su vez los datos brindados días atrás por las concesionarias, según los cuales, los patentamientos correspondientes a noviembre, cayeron en relación a octubre.
Los expertos señalaron que confluyeron diversos factores que van más allá de la típica estacionalidad del sector, para que se dé este escenario.
En primer lugar, en noviembre impactó una variable 100% coyuntural, como fue la irrupción de los controles cambiarios impuestos por la AFIP.
Dante Álvarez, vicepresidente de ACARA, ya había advertido a iProfesional.com que las concesionarias se estaban "viendo afectadas por las medidas" que limitan la compra de dólares.
El directivo precisó que "la mayoría de los autos se comercializan en pesos. Pero los clientes tienen que deshacerse de parte de sus tenencias en divisas estadounidenses para comprar moneda local y les resulta difícil tomar esa decisión", en momentos en que adquirir dólares no es tan sencillo como antes.
En la misma línea, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA), también había salido a advertir que "podría ver afectada la venta de autos" por las nuevas medidas cambiarias.
Pero, más allá del "cepo cambiario", el director ejecutivo de ACARA, Horacio Delorenzi, se encargó de pronunciar una de las palabras más temidas por la industria: "saturación".
"Tenemos ya un auto cada cuatro habitantes, que es la mejor proporción de América latina, por encima de Brasil y México", disparó el directivo.
De este modo, la desaceleración que está viviendo el sector estaría vinculada on la gran cantidad de vehículos en circulación, que se estima en 10 millones de unidades.
Una de las razones por las cuales se llegó a este nivel de "saturación" es que, según ACARA, "cada vez se necesitan menos sueldos para llegar a un cero kilómetro.
De acuerdo con la entidad, los vehículos han venido aumentando entre un 12% y 13% por año, es decir, a un ritmo que resulta ser de casi la mitad en relación a la suba del ingreso promedio.
"En función de los acuerdos salariales de los últimos años y de las subas de los precios de la industria -que han corrido por debajo de la inflación real- la brecha entre salario y el valor de un auto tipo, como puede ser el VW Gol, se ha ido reduciendo hasta llegar este año a los 9,3 sueldos", señaló recientemente a este medio Hernán Dietrich, CEO de Dietrich.
Desde ACARA brindan incluso una cifra aun menor: unas 8,8 mensualidades, muy por debajo de las 14 que se requerían en 2003.
El "ocaso" del crédito barato
Desde la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericana (FIEL) prevén que la desaceleración de la actividad económica terminará impactando en el nivel de consumo, debido a un peor escenario externo y a un ajuste vía aumento de tarifas.
Al respecto, el presidente de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, dejó picando -en el reciente congreso de la UIA- que la quita de subsidios provocará que una menor proporción del ingreso se vuelque al consumo y, por ende, esto podría impactar en la comercialización de autos.
A esto se suma un efecto no menor: el "ocaso" del crédito barato.
Sucede que, si bien la gran mayoría de las operaciones se realizan en "cash", un dato a destacar es que el financiamiento de autos se venía expandiendo fuertemente: en septiembre, por ejemplo, había crecido casi 80% frente al mismo mes del año pasado. Incluso, hasta ahora, por cada auto patentado se destinan $10.000 en créditos prendarios, tres veces más que en 2010.
Sin embargo, en el sector esperan que esta financiación, lejos de mantenerse, se termine planchando.
Desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal destacaron que en la línea de créditos prendarios con plazos de hasta un año, la tasa promedio por montos varió de 15% en enero de 2011 hasta 22% en octubre", lo que implicó un encarecimiento de esos créditos del orden del 36 por ciento.
La locomotora brasileña disminuye la velocidad
Como si fuese poco, al menor ritmo de crecimiento que se prevé para el mercado interno, se suma la desaceleración de la demanda brasileña.
Según los datos de ADEFA, en noviembre se colocaron en el exterior unas 40.900 unidades, lo que implicó una fuerte caída, de casi el 18%, frente al mismo mes del 2010 y del 4% respecto a octubre último.
Esto se explica, mayormente, por el menor empuje brasileño, dado que los envíos a ese destino se vienen desacelerando paulatinamente: el volumen fue bajando desde los 45.000 vehículos exportados en agosto hasta los 32.000 en noviembre.
Cabe destacar que en el país vecino ya hay más de 374.000 unidades salidas de fábrica que están juntando polvo y a la espera de un dueño, una cifra apenas por debajo de todo lo que la Argentina le estará vendiendo a lo largo de este año.
Puesto en números, este nivel de inventario ya representa 40 días de ventas, un nivel calificado como "peligroso" por las propias autoridades que representan a las terminales y que se acerca, sin prisa pero sin pausa, a los 52 días que el sector llegó a alcanzar en plena crisis de 2008.
Al respecto, Marcos Ferrario, economista de la consultora Abeceb, había alertado a iProfesional.com que, en meses considerados "normales", el nivel de inventario no debería superar los 27 días.
Y un Brasil empujando menos es un punto sumamente crítico, considerando que ese país compra 1 de cada 2 autos que se fabrican en la Argentina.
Esta menor demanda terminó impactando en varias automotrices, como Renault, Fiat y VW, que debieron ajustar su ritmo de producción y, en algunos casos, licenciar a una parte de sus trabajadores.
Además, según alertó la Unión Obrera Metalúrgica, el "efecto Brasil" perjudicó a numerosas autopartistas, que debieron suspender a algunos empleados con contratos eventuales.
Según destacó el economista brasileño Ayrton Fuentes a la prensa de su país, en estos meses, "los consumidores están más preocupados por el pago de sus deudas. La nueva clase media, que mantuvo este mercado ´caliente´ a través de las compras financiadas hasta en 60 cuotas, casi dejó de comprar, lo que generó una disminución de las ventas".
En la misma línea, Ferrario aseguró que este segmento de la sociedad, "que se incorporó al mercado de consumo a partir de la última gestión de Lula, está demandando cada vez menos. A punto tal que dicha demanda, que básicamente se centraba en autos de gama baja, a partir de junio se redujo a cero".
Un golpe a los grandes números
De cara a los próximos meses, en el sector nadie se atreve a pronosticar ningún tipo de desplome. Tampoco se prevén despidos masivos.
Sin embargo, todos coinciden en que se viene el fin de las tasas chinas de crecimiento.
El problema para el Gobierno es que la fabricación de 0Km este año representó la mitad del incremento de toda la industria nacional.
De este modo, que la "gran maquinaria" automotriz se mueva a un menor ritmo, terminará impactando de lleno en las estadísticas del "made in Argentina" y en el ritmo de actividad general.
FUENTE: IProfesional
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