Negociar un salario justo suele ser engañoso, pero en el clima de negocios actual es todo un desafío. Aunque algunos sectores vuelvan a expandirse, los directivos no pierden de vista al presupuesto.
Sí: Determina cuánto vales. Un buen desempeño probablemente no sea suficiente para ganarse un plus en la paga, debes demostrarle a la compañía claramente lo que vales. Hazte las siguientes preguntas:
● ¿Tus proyectos ayudaron a generar negocios o darle visibilidad a la firma?
● ¿Desarrollaste procesos y procedimientos más eficientes?
● ¿Asumiste nuevas tareas o responsabilidades?
Si estas preguntas no te conducen a una evidencia irrefutable que respalde tu pedido de aumento, la verdad es que quizás no sea el momento de abordar este tema.
No: No apuntes muy alto. Aunque quieras tener un salario que compense tus habilidades, experiencia y aportes a la compañía, pedir mucho más que el promedio de lo que se paga en tu mercado puede dejar una mala impresión. Por eso, es vital conocer lo mejor posible el rango de salarios de tu profesión, en especial aquellos que tienen una formación similar a la tuya en tu región.
Recolecta la mayor cantidad de información posible de distintas fuentes, y aprovecha calculadoras de salarios online. También sería una buena idea hablar con reclutadores y colegas que conozcan sobre las tendencias salariales.
Sí: Hazlo en el momento preciso. El mejor momento para pedir un aumento no es necesariamente cuando necesitas el dinero sino cuando es más probable que te lo den. Evalúa la posición financiera de tu compañía. Si han hecho recortes recientes o reducciones de personal, quizás no sea el mejor momento.
Lo ideal es que hagas el pedido cuando tu halo todavía brilla: después de un gran éxito, como la finalización de un proyecto importante para tu empleador. También necesitas que sea oportuno y coincida con un buen momento de tu empresa, como una campaña exitosa, por ejemplo. Finalmente, no abordes a tu jefe con la guardia baja: agenda una junta para un momento tranquilo y con pocas distracciones y aclárale que quieres hablar acerca de tu compensación.
No: No te apegues a los números. Cuando vas a comenzar una negociación salarial, es importante tener en mente una aproximación real -digamos un cinco por ciento, por ejemplo- pero debes estar abierto también a compensaciones alternativas. Quizás tu jefe no puede aumentar tu paga pero podría ofrecer otras cosas como más vacaciones o una agenda de trabajo más flexible. Entra a la reunión dispuesto a considerar otras opciones.
Sí: Consigue respuestas. Si tu jefe te dice a secas que no cree que merezcas el aumento, averigua por qué. Quizás tu jefe crea que tu compensación es acorde a tu rol actual. O quizás debas asumir nuevas tareas y responsabilidades para conseguir el aumento. En este tipo de situaciones, deberías hablar con tu supervisor acerca de cómo alcanzar los requisitos necesarios, como una capacitación o más experiencia, por ejemplo.
No: No desperdicies oportunidades a futuro. Sobre todas las cosas, evita que la conversación se vuelva emocional o acalorada. Si estás molesto con la reacción, pide una interrupción diciendo algo así como: "No esperaba esta reacción. Me gustaría pensar un poco antes de continuar". En cualquier negociación, es mejor evitar decisiones rápidas. Intenta, en cambio, tomarte tu tiempo para considerar las opciones. Quizás se te ocurran nuevas ideas que sean aceptables para ambas partes. Recuerda que tu reputación está en juego y eso es más importante que un cheque un poco más gordo.
Nunca es fácil pedir un aumento, pero tener una buena noción de la actualidad de tu profesión, detallar tus contribuciones a la empresa y elegir el mejor momento para pedirlo harán que la conversación sea más fácil y aumenten las posibilidades de obtenerlo, aún en estos tiempos.
FUENTE: Career Builder
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