Se dispara el precio de los útiles básicos para la escuela

En la última semana de diciembre, Florencia Fernández Lima, vecina de San Isidro, de 35 años, fue a la librería de Beccar donde siempre compra los útiles, y se encontró con que el listado de los de segundo grado que les pidieron en el colegio para este año costaba 820 pesos. "Como me pareció muchísimo, volví hoy [por ayer], y de la lista original saqué varias cosas: la cartuchera, una carpeta arte N° 6, lápices de colores y otras cosas. Resulta que eran ¡805 pesos! Pensé que se habían equivocado. Pero no: me explicaron que les acababa de llegar toda la mercadería con aumentos de entre 24 y 27%, y en algunos casos, más todavía. Parece que la semana pasada los mayoristas no les querían entregar nada porque sabían que iban a tener que subir los precios", contó Florencia.

Ya sea debido a la inflación, por la suba en la cotización del dólar oficial o simplemente porque se remarcaron los precios "por las dudas", cuando falta menos de un mes para el comienzo de un nuevo ciclo lectivo los útiles escolares tampoco se salvaron de los aumentos. Según constató LA NACION luego de comparar cinco productos básicos de la canasta escolar que integraron en febrero del año pasado la lista de artículos con precios congelados, con esos mismos cinco artículos que hoy ofrece en su stock una reconocida cadena de librerías, el aumento oscila entre el 17% y el 27%.



Por ejemplo, un cuaderno tapa dura rayado o cuadriculado forrado de 42 hojas que el año pasado estaba fijado en $17, hoy está $20,50; un lápiz corrector que estaba a $7.9, hoy se lo encuentra a $9,99; la Voligoma de 30 ml, de $3.3 a $4, mientras que diez hojas de papel glasé metalizado pasaron de $3.51 a $ 4,80.

Tal como observó la presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), Sandra González -ver aparte-, los aumentos son del 20% como mínimo en los útiles de la canasta escolar, una tendencia que se refleja tanto en el comercio minorista como en el mayorista.

De todas maneras, durante una recorrida que LA NACION realizó ayer por comercios minoristas de Capital, se encontraron determinados productos escolares con aumentos mayores, incluso en el caso de unas mochilas cercanos al 100% respecto de febrero del año pasado.

"A simple vista los precios aumentaron un promedio de 30%, pero por ejemplo esas mochilas de Hello Kitty que el año pasado valían $200 hoy están $380", dijo Javier Maldonado, encargado en Apio Verde, una juguetería que también vende una gran variedad de mochilas y cartucheras.

Para Maldonado otra cuestión que está cambiando es la relacionada a las cuotas y promociones de los bancos: hasta fines de diciembre podían ofrecer hasta seis cuotas sin interés y hoy eso ya se redujo a sólo tres. Con la suma de estos factores advirtió que los clientes este año no sólo arrancaron antes a averiguar precios sino que también caminan mucho más para encontrar la mejor oferta.

Con el aumento del 30% en la cuota del colegio privado de su hijo de siete años, Damián y su esposa, dueños de una librería en Belgrano desde hace más de una década, decidieron cambiarlo a otro más barato, donde en vez de pagar 6000 pesos mensuales, deben desembolsar 4200. Lo mismo que les costó el nuevo uniforme para su hijo, entre un par de chombas, otro de panalones, la ropa de gimnasia, etcétera.

"Todos los años hay aumentos, y es lo lógico debido a la inflación. Las subas se dan sobre todo en los artículos que son de afuera, que en este rubro, son muchos. Pero ojo que también hay marcas que no aumentan lo que deberían aumentar -dijo la pareja, detrás del mostrador de su librería-. Hoy para una lista de útiles hay que pensar en no menos de 1000 pesos."

Por eso, cuentan que cuando los padres despliegan sobre el mostrador las largas listas que le envían desde los colegios comienzan a revisar punto por punto para ver qué productos pueden evitar comprar. "Esto tenemos en casa, la mochila la reciclamos, la cartuchera que usen la misma del año pasado", suelen escuchar. Su recomendación a los clientes es que no siempre se guíen por las marcas que les piden las maestras: hay otras de buena calidad con precios más accesibles.

Silvia Martínez, vecina de Recoleta, se acercó a un supermercado para chusmear los precios de la ropa escolar. "Para ser buenos, diría que están un 50% más caros que el año pasado. Hasta ahora, los mejores precios los encontré por Internet", recomendó.

Fuente: La Nación