Brasil comenzó a liberar los autos frenados en la frontera.

Un clima de alivio se respiró el Martes entre las automotrices instaladas en la Argentina, que a su vez se trasladó a los negociadores del gobierno nacional. Brasil cumplió con el compromiso asumido de liberar, antes de la cumbre ministerial de hoy, la mayoría de los autos que permanecían trabados en sus aduanas. La contrapartida argentina, sin embargo, no se había concretado en igual medida.

De los cerca de 4000 vehículos cuya importación había sido frenada por las recientes licencias no automáticas (LNA) brasileñas, el Martes a la noche ya se habían liberado 2980 unidades, según le confirmaron representantes de la industria automotriz a la ministra de Industria, Débora Giorgi. Unas mil unidades serían exportaciones de la empresa General Motors (con su modelo Chevrolet Agile), otro tanto correspondería a Fiat (con el Siena) y el resto se repartiría entre otras terminales.


La ministra Giorgi viajó ayer a Brasilia para participar hoy de una serie de reuniones con su par de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel. En este encuentro, ambos gobiernos intentarán superar el conflicto desatado en los últimos meses por la escalada de trabas a las importaciones. La semana pasada, los secretarios del área, Eduardo Bianchi y Alessandro Teixeira, intentaron sin éxito destrabar el conflicto. Pero el compromiso de ambas partes de liberar productos durante esta semana permitió concretar una nueva reunión, a nivel ministerial, antes de lo previsto.

Fuentes del gobierno de Dilma Rousseff ratificaron el Martes, que el compromiso de ambos gobiernos es el de liberar productos por unos 40 millones de dólares a cada lado de la frontera. Los casi 3000 autos que Brasil autorizó a ingresar en su mercado se acercan bastante a esa cifra.

No obstante, tanto en el gobierno argentino como en el sector privado reconocieron que no se avanzó en la misma medida respecto de los productos que reclama Brasil. Según las fuentes brasileñas consultadas, el principal reclamo pasa por "baterías para autos, neumáticos, calzados y línea blanca".

"No veo que se esté cumpliendo eso de los 40 millones de dólares por día. Por ahora sólo vi casos muy puntuales y muy parciales", sostuvo Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA). "Hay gente que tenía cinco despachos parados y le salió uno. Se está liberando algo de alimentos, que estaba muy atrasado, y algo de calzado, pero electrodomésticos sigue muy duro."

En el Gobierno reconocieron haber liberado "un poquito de neumáticos y un poquito de maquinaria agrícola", pero rechazaron que vayan a igualar el monto que alcanzó Brasil con la autorización al ingreso de vehículos. "Acá la voluntad es hacer gestos, pero no ceder todo de golpe", indicó un funcionario.

Pérez Santisteban opinó que "el hecho de que haya ido Giorgi para allá, después de que inicialmente no quería ir, obedece a que hay algún principio de solución". La ministra no se sumó a la comitiva de la presidenta Cristina Kirchner en la gira por México e Italia, con lo que su viaje a Brasil revistió aún mayor importancia.

Para terminar de coordinar la estrategia que llevará la Argentina a Brasil, Giorgi recibió el Martes a los representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).

Los directivos de las terminales coincidieron con Giorgi en que hay "optimismo" respecto del encuentro de ministros de hoy, resaltó la cartera de Industria en un comunicado. Estuvieron presentes en la reunión Aníbal Borderes (presidente de Adefa), Fernando Rodríguez Canedo (director ejecutivo de esa entidad), Natale Rigano (Iveco), Sergio Rocha (General Motors), Ronnie Frost (Volkswagen), Enrique Alemañy (Ford), José Mannucci (Scania), Daniel Afione (Toyota), Adalberto Russo (Fiat), Hernán Trossero (PSA Peugeot Citroën), Darío Rodrigañez (Renault), y Leandro Risso (Honda).

Uno de los puntos que se trataron en el encuentro fue el plazo máximo que puede tolerar la industria automotriz argentina para que sus productos reciban las LNA. Brasil había ofrecido 10 días y el Gobierno (en la reunión Bianchi-Teixeira) solicitaba no más de cuatro. Borderes prometió a Giorgi darle respuesta final.

Por el otro lado, los industriales argentinos beneficiados con las LNA expresaron su apoyo a la política oficial. "Si bien la relación con Brasil resulta de carácter estratégico para la Argentina, la entidad considera que la integración regional debe constituir un juego de suma positiva para todas las partes, dando contención a los procesos nacionales de desarrollo industrial, económico y social", afirmó en un comunicado la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra).

FUENTE: La Nación

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