La carga impositiva en bienes industriales llega a 37,3%.

Según un estudio del Ieral, en los productos exportables es muy superior a lo que se paga en Brasil.
POR SILVIA STANG

El proceso de producción de bienes industriales en la Argentina tiene una carga impositiva que es similar a la de Brasil, pero bastante más elevada que en otros países de la región, como Chile o Perú, o que en México, Estados Unidos o España. La similitud con Brasil, sin embargo, se transforma en una desventaja para las empresas radicadas aquí cuando se observa en particular a la industria de bienes exportables.

La llamada presión tributaria legal sobre el nivel de ventas es del 37,3%, si se trata de una industria radicada en la ciudad de Buenos Aires, según datos de un informe elaborado por el Ieral, del que surgen las conclusiones del párrafo anterior. Si la fábrica está en la ciudad de Quilmes -a los fines del estudio se consideraron esas dos ubicaciones-, el índice es algo superior: del 37,9 por ciento. Para la ciudad de San Pablo, en Brasil, esa tasa es del 37,6 por ciento.

Para llegar a esas tasas de presión impositiva legal, se tuvieron en cuenta los impuestos que están vigentes en los diferentes niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal- y los que se van agregando en diferentes etapas de la producción.

De esa manera, para empresas hipotéticas se consideraron las cargas de IVA, Ingresos Brutos, impuesto al cheque, tasas de importación y de exportación en casos de corresponder, pagos al sistema de la seguridad social (aportes del trabajador y contribuciones de la empresa) y Ganancias, entre otros.

En el caso de los sectores de bienes exportables, la presión impositiva en nuestro país es del 33 o del 33,4%, mientras que en Brasil es del 22,3 por ciento. Como contrapartida, para los brasileños resulta mayor la tributación requerida a la industria de bienes de consumo doméstico.

El índice de presión tributaria legal, según explican los economistas del Ieral, fue construido para poder comparar ese costo en diferentes países. En rigor, tradicionalmente se suele medir la presión tributaria "efectiva", que muestra qué porcentaje del producto bruto interno (PBI) representa la recaudación total de impuestos de un país.

Si se considera este último indicador, la presión impositiva se ubicó en 2010 en alrededor del 32% para la Argentina, una tasa que implica un incremento importante con respecto al 20% de los años previos a la devaluación de 2002. Se considera que esa tasa indica el promedio de lo que pagan los contribuyentes de un país, que tienen diferentes grados de cumplimiento dadas las situaciones de falta o de subdeclaración de ingresos y puestos de trabajo.

Limitantes
Este índice tiene una limitante a los fines de una comparación: tiende a ser más bajo cuanto mayor es la evasión. Por esa razón, si se toman dos países con un nivel parecido de presión fiscal efectiva -según advierte el informe-, puede concluirse que la carga soportada por los contribuyentes cumplidores será mayor en el país que tenga una tasa de evasión más elevada.

En España, por caso, la tasa ronda el 33% del PBI, bastante similar a la de nuestro país, pero en la medición de la carga impositiva legal para la industria -es decir, cuando el cálculo considera todos los impuestos que pesan sobre la producción y se supone que no hay evasión- aparece una brecha, ya que la presión en España se ubica en el 29,3%, casi 8 puntos porcentuales por debajo del índice calculado para las fábricas argentinas. Ese efecto se ve también en la comparación con Estados Unidos, donde la presión tributaria efectiva resulta del 26 por ciento del PBI, unos 6 puntos menos que en la Argentina. La brecha se eleva a 13 puntos cuando se mide la presión impositiva legal, que es del 24,3 por ciento sobre ventas en Estados Unidos.
Un mundo sin evasión
Más allá de la presión impositiva legal inicialmente calculada para bienes exportables, el estudio estima una caída de esa carga por efecto de los mecanismos de devolución de impuestos. En este punto se encontró que, si bien se achica la brecha con Brasil, el efecto es leve y no alcanza para compensar la elevada carga que existe, en términos comparativos, de este lado de la frontera. En la Argentina la presión legal queda en el 31,4%, mientras que para las plantas industriales brasileñas el índice pasa del 22,3 al 21,3% al restar los reintegros.

Todas las estimaciones suponen un nivel de evasión cero. Es decir, las empresas hipotéticas consideradas a los fines del estudio pagan todos los impuestos y abonan salarios sujetos en su totalidad a las cargas sociales. La última aclaración tiene que ver con que, en los últimos años, varios sectores acordaron con los sindicatos, y con aval del Gobierno, recomposiciones de sueldos que, aunque temporariamente, quedan exentas de los aportes y contribuciones con destino al sistema jubilatorio.
CLAVES

    Índice. Para elaborar el índice de presión impositiva, el Ieral tomó en cuenta los impuestos nacionales, provinciales y municipales y los que se van agregando en las diferentes etapas de la producción.

    Comparación. Con el actual nivel de presión impositiva, la Argentina está en un nivel similar al de Brasil y supera claramente la que se aplica en países de la región, México y EE.UU.

    Reintegros. El alivio para los productores locales llega de la mano de los reintegros impositivos, que reducen la carga impositiva en casi seis puntos.

FUENTE: La Nación

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