Salarios: se eleva el piso de reclamos y la “foto” ya muestra aumentos muy superiores al 30 por ciento.

Alejados de la pauta oficial los líderes sindicales apuntan a incrementos que ascienden al 40%, para el caso de los sueldos mínimos, con el objetivo de llegar a los $4.000. Esta cifra se reduce varios puntos para el resto de las categorías. Los que ya acordaron y los que se sentarán a negociar.


A esta altura del año, los gremios más importantes ya cerraron sus negociaciones salariales.
Con aumentos de entre el 28 y el 30%, los líderes sindicales se distanciaron así de la pauta oficial del 24% pretendida por el Gobierno.



Incluso, en relación al año pasado, superaron lo pactado en aquél entonces en unos cuatro o cinco puntos.


Para los especialistas, se trata de un fenómeno vinculado a las mayores expectativas inflacionarias.


No obstante, señalan que sólo aquellas actividades con mayor capacidad de movilización sindical encuentran más chances, no sólo de mantener el nivel de sus sueldos sino, además, de mejorarlo.


En este contexto, los sindicatos recurrieron a una variedad de estrategias para proteger su poder adquisitivo.


Algunos prefirieron pactar incrementos de un "sólo golpe", en lugar de fraccionarlos en dos o tres tandas.


Este es el caso de los bancarios, que consiguieron una mejora del 29%, a partir de mayo, después de concretar un paro y de que el Ministerio de Trabajo los multara por no acatar la conciliación obligatoria.


En tanto, otros prefirieron negociar por lapsos de tiempo más acotados, bajo el condicionante de volver a discutir nuevamente antes de que finalice el año.


Es el caso del sindicato de Luz y Fuerza, que cerró un incremento del 20%, desde abril hasta septiembre, para -en el último trimestre- avanzar en una mejora adicional del 8%. Este sector tiene como objetivo fijar en $5.000 el salario mínimo.


"La inflación cada vez es más alta. Nosotros nunca vamos a negociar por un 24%", afirmó a iProfesional.com, su titular Oscar Lescano, haciendo alusión a la cifra que pactaron los camioneros.







En medio del agitado panorama sindical que presenta el país, no faltaron quienes adelantaron los plazos y estamparon la firma antes de la fecha de cierre establecida en la paritaria anterior, tal como lo hizo Moyano para su sector.


Tampoco, aquellos que buscaron retrasar sus negociaciones, tal como reconoció el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.


Números que reflejan una cosa y en realidad son otra
En varios sectores, sus líderes gremiales negociaron porcentajes "aparentemente" moderados.


Sin embargo, en la práctica, representan un incremento varios puntos más altos, si se consideran los montos fijos atados al acuerdo.


Es el caso de los obreros de la construcción que firmaron un 24% en tres tandas, si bien las sumas no remunerativas previstas lo elevan al 27%, según estimaciones del mismo sindicato.


Otro ejemplo de ese tipo lo ofrecen los metalúrgicos, que cerraron un 26% en dos tramos y unos $900 (no remunerativos), que lo llevan a un 32 por ciento.


Asimismo, los encargados de edificios dieron a conocer un ajuste del 21,5% en tres cuotas para este ejercicio. Sin embargo, si se considera la suma de $300 acordada en 2010 -que pasó a ser remunerativa este año y elevó la base de cálculo- la mejora, entre diciembre pasado y octubre de 2011, trepará al 37 por ciento.


Los petroleros también han sido otros de los sectores que presentaron un incremento del 23% pero que resulta superior, en al menos unos 4 puntos, si se añade una suma adicional de unos $25.000, fraccionada en cinco meses. De modo tal que la cifra final ronda el 27 por ciento.


Junto con los montos no remunerativos las "sumas puente" también se constituyeron en un artilugio para pactar cifras que muestran una cosa pero que, en la práctica, resultan ser otras.


Bancarios, camioneros y metalúrgicos son tres de los "peso pesado" que recurrieron a este mecanismo en los primeros meses del año.


En busca de un mínimo de 4.000 pesos
Una de las características de estas paritarias, "modelo 2011", es que numerosos gremios pugnan por alcanzar un salario mínimo de $4.000, acorde al monto que establecieron como el requerido para cubrir la canasta básica.  Para varios de ellos, que parten de básicos de entre $2.800 y $3.000, representa -en la escala más baja- un retoque cercano al 40 por ciento.


"Este año ha tenido un peso mayor que en otros períodos no sólo el reclamo de un porcentaje más alto, sino también la demanda de un monto básico relacionado con una canasta elaborada por los sindicatos", apuntó a iProfesional.com Ernesto Kritz, director de SEL Consultores.


En este contexto, en los próximos días empleados de Comercio apunta a acordar una mejora que eleve el salario de la categoría más baja de $2.850 a $4.000, un alza que representa un 40%.


Para el resto de las escalas, Armando Cavalieri, se encuentra negociando con las cámaras un alza del 30 por ciento.


En tanto, los trabajadores de la alimentación amenazan con un paro, si es que no logran un reajuste similar al perseguido por el líder de los mercantiles.


Algo similar sucede con los docentes de Santa Cruz que vienen realizando medidas de fuerza desde hace ya dos meses.


En todos los casos, la canasta de $4.000 se constituyó en el objetivo más buscado.


Piso de reclamos más alto
Desde principio de año las paritarias vienen luciendo agitadas.


Ya en marzo, los docentes se movilizaron y firmaron uno de los primeros convenios, en una cifra cercanas al 26% que, para el caso de la Ciudad de Buenos Aires, fue de hasta el 30 por ciento.


Ese acuerdo fue considerado un "caso testigo" habida cuenta que la cifra que convalidara el propio Estado (en su rol de empleador) se constituiría en un patrón de referencia para el sector privado.


Sin embargo las demandas salariales continuaron escalando de la mano de los petroleros, pesqueros, gráficos y ferroviarios que se subieron al tren del 40%.


Fue entonces que el Ejecutivo puso en marcha el "operativo Moyano", que consistió en mostrar al titular de la CGT posando para la foto con integrantes del Gobierno y pactando un 24% de incremento para el sector del transporte.


La estrategia perseguida era la de marcar el camino que debían seguir otros líderes gremiales, antes de que éstos se sentasen a negociar sus respectivos acuerdos.


A la luz de los hechos, la pauta oficial no logró frenar el avance de los diversos sectores, que mantuvieron sus reclamos en cifras de entre el 35% y el 40% anual, para los mínimos de convenio, y del 30% para el resto de las categorías.


Ya con casi un 60% de las paritarias cerradas, y en la visión de Kritz, "los aumentos salariales rondan el 30%. Estamos 5 puntos por encima de lo que las empresas habían presupuestado para este año".


Los especialistas coinciden en señalar que ese porcentaje refleja las expectativas inflacionarias que tienen los gremios para este 2011.


"Lo que se cerró en enero no es lo mismo que ahora. Las previsiones de suba de precios han ido en aumento", señaló a este medio Fausto Spotorno, director del estudio Orlando Ferreres.


Esta percepción es alimentada por la inflación de "supermercado" que los sindicalistas dicen utilizar para medir los precios.


"Casi todos aspiran a llegar al 28 y 30% en etapas, mientras que el año pasado los aumentos salariales estuvieron entre un 25 y 28%", reconoció a este medio el director de IDESA, Jorge Colina.


Un aspecto a destacar es que este mecanismo de indexación salarial que, en gran medida, explica el boom de consumo, deja afuera a una gran cantidad de trabajadores (40%) que se desempeñan en la economía informal y son los grandes perjudicados del modelo "K".


Lo que viene
Ya en junio, la discusión salarial todavía quedan dos gremios importantes de los denominados "gordos" que aún no han resuelto la pauta salarial del año.


Uno de ellos es el de la alimentación, en donde la negociación está aún trabada.


En las últimas horas, la cámara empresaria cuestionó al gremio, que exige un aumento salarial del 36%. En tanto, desde el sector amenazan con un paro, en caso de que no reciban esa cifra.


El otro es el sindicato de gastronómicos que conduce Luis Barrionuevo líder, a su vez, de la CGT disidente. Sus pretensiones apuntan a un 35 por ciento.


Además de estos dos "pesos pesado", la salud es otra rama de actividad que todavía no cerró negociaciones.


Los gremios ATE y Ampros, respectivamente, rechazaron la semana pasada la oferta salarial que les propuso el Gobierno, que sería un aumento del 29%, a pagar en tres veces.


FUENTE: IProfesional

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