El Gobierno ya negocia una suba moderada de salarios.

Busca limitar el impacto del alza en la economía; De Vido y Tomada, los interlocutores de los gremios.



Con Hugo Moyano ya plantado en la vereda de enfrente, el Gobierno comenzó, sigilosamente, a negociar con el resto de los principales líderes sindicales los aumentos salariales para este año.


Sin el porcentaje testigo que solía acordar con el secretario general de la CGT, la presidenta Cristina Kirchner ordenó a sus ministros que iniciaran los contactos con los gremios para tratar de atenuar las primeras pujas salariales del año, que serán inauguradas por los docentes.



La Casa Rosada pretende una demanda "moderada" en las negociaciones paritarias, que comenzarán el mes próximo. Los empresarios aspiran a fijar un techo de aumento del 18%, cifra que el Gobierno se niega a admitir. "No establecemos ni piso ni techo", insisten en el Ministerio de Trabajo a la hora de dar definiciones.


La jefa del Estado instruyó a sus colaboradores para que adelantaran los contactos y no llegar a la mesa de debate, en las próximas semanas, sin una referencia clara de las necesidades de cada sector, y para tratar de que los gremios acompañen las expectativas oficiales.


Los encargados de llevar adelante los encuentros son el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el de Planificación Federal, Julio De Vido. Fuentes oficiales confiaron a LA NACION que ambos funcionarios ya se reunieron con los representantes de los principales gremios, como Antonio Caló (metalúrgicos), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Andrés Rodríguez (Estatales) y Gerardo Martínez (Construcción). No hubo, hasta el momento, ningún tipo de contacto con Moyano o sus hombres de confianza.


De todas maneras, para este año habrá dos novedades. Para morigerar el impacto de un aumento menor al de los años anteriores, desde la Casa Rosada ya no hablarán de porcentajes, sino que prefieren el término de "montos fijos de aumentos", según cada actividad. De hecho, la paritaria 2012 ya se abrió con los trabajadores del sector bancario, que acordaron una suma fija remunerativa de 1180 pesos, además de 200 pesos no remunerativos durante los primeros tres meses del año. El incremento representaría cerca de un 24% sobre el salario inicial de la actividad. El acuerdo fue sólo por tres meses.


El otro cambio es este último punto. Impulsarán que quede abierta la posibilidad de cerrar acuerdos de corto plazo y volver a discutir hacia mitad de año. Esa es la alternativa que está testeando el Gobierno ante la incertidumbre que genera el impacto que podría tener la crisis internacional en la economía local. "En 2008 los sindicatos bajaron las expectativas y después se volvió a negociar", recordó una fuente al tanto de las discusiones.



Con el enfrentamiento con el secretario general de la CGT, los funcionarios apuraron el diálogo con cada gremio para llevarle a la Presidenta un detallado panorama de cada sector. También hay, en paralelo, conversaciones con el sector empresarial.


"Nos estamos reuniendo con todos para saber en qué situación está cada uno. Tenemos que saber cómo vamos a llegar al inicio de las negociaciones", confiaron altas fuentes oficiales. Este año, la Casa Rosada adelantó los primeros encuentros, siempre reservados, ante la falta de diálogo con Moyano. Las paritarias comenzarán, como todos los años, en el primer trimestre y Moyano seguirá siendo secretario general de la central obrera durante ese tiempo. La renovación de autoridades de la CGT es recién en julio. Más allá de si el camionero resiste o no al frente de la entidad, el Gobierno ya se olvidó de contar con él para establecer una suba testigo.


Una de las primeras reuniones fue entre Tomada y Caló, en el hotel NH de la calle Bolívar, el 28 de diciembre pasado, al mediodía. El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica acrecentó en los últimos días su acercamiento con el Gobierno. Además del encuentro con el ministro de Trabajo, la semana pasada visitó el despacho de De Vido, estuvo con la ministra de Industria, Débora Giorgi, y se mostró con el titular de Educación, Alberto Sileoni, y el vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Mariotto. Es uno de los hombres que la Casa Rosada ve con buenos ojos para reemplazar a Moyano. No fue casual que desde el Gobierno hicieran públicos cada uno de los encuentros que tuvo con el gabinete nacional.


Además, según pudo saber LA NACION, tanto Tomada como De Vido se reunieron con Oscar Lescano, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y Ricardo Pignanelli, del gremio de los mecánicos (Smata). También hubo contactos con el sindicato de la Alimentación.


En paralelo, hay reuniones periódicas con los empresarios. José Ignacio de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina, es de los más frecuentados por los ministros. También hablaron con Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la entidad fabril, y con Juan Carlos Lascurain, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina y ex titular de la UIA.


"Lo que se hace es un monitoreo previo. Necesitamos las opiniones de cada uno", ratificaron en los despachos oficiales, para evitar sorpresas ante la falta del interlocutor único con la Casa Rosada que supo ser durante años Moyano.


TRES POSTURAS


HUGO MOYANO
Secretario general de la CGT 
El líder de los camioneros volverá a negociar con la "inflación del changuito". El año pasado intentó frenar las pujas salariales de otros gremios.


ESTELA MALDONADO
Secretaria general de CTERA 
El gremio docente será el primero en definir aumentos salariales, que determinan las subas de los estatales y sirven de base para las negociaciones de otros sectores.


PEDRO WASIEJKO
Secretario general de SUTNA 
El líder de los trabajadores del neumático propone acuerdos cada 3 o 4 meses, que se ajusten a partir de los IPC de las provincias.



FUENTE: La Nación

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