La participación activa de CEOs y gerentes en acciones de RSE produce un efecto "contagio" en toda la compañía.
El crecimiento del concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) ha redundado, en los últimos años, en la realización de actividades solidarias por parte de los empleados de las compañías. En algunos casos, y crecientemente, estas iniciativas también cuentan con la activa participación de CEOs y gerentes.
Un ejemplo de ello es la propuesta de la fundación Caminando Juntos, una organización internacional que tiene su sede en la Argentina. La institución ya lleva tres años en el país y cuenta con 19 compañías adheridas. Javier Casas Rúa, director de PWC y socio fundador del proyecto, explica que la iniciativa “es novedosa, ya que se trata de una fundación creada por empresas”. Muchas firmas que son competencia tienden a unirse para llevar a cabo estos proyectos.
Las compañías pueden colaborar de dos maneras: con un aporte económico o a través de su participación en tareas comunitarias. Como explica Casas Rúa, “los focos de las actividades son temas vinculados con primera infancia e inserción laboral”.
También se desarrollan tareas comunitarias en fechas especiales, como el Día del Voluntario, en que los líderes de las empresas pintan paredes o colaboran de distintas maneras. “Son proyectos en los que no hay jerarquías y somos todos iguales”, advierte Casas Rúa. Ese es uno de los motivos por los cuales estas actividades traen beneficios al interior de la compañía.
Inspiración y prestigio Además, “la idea de un líder inspirador es muy fuerte dentro de las empresas y puede provocar cambios cualitativos”, añade Casas Rúa.
Guillermo Petruccelli, director general de Responsabilidad Social Comunicativa de Veali Comunicaciones, indica que “unir una marca con iniciativas de este tipo genera replicabilidad y prestigio”.
Y agrega que “el orgullo que sienten los empleados al ser parte de una empresa con acciones sociales reconocidas y efectivas es también un gran incentivo para su compromiso dentro de la misma”.
También London Supply, dueña de varios aeropuertos en el país, organiza diferentes actividades a través de su fundación, que brinda asistencia en centros comunitarios y de salud. María Taratuty, responsable de RSE de la empresa, cuenta que “la compañía se encuentra abocada a la construcción del nivel secundario y el campo de deportes de la escuela N° 875 del Barrio Primero de Mayo en Puerto Iguazú, Misiones”.
Uno de los aspectos positivos de este tipo de acciones comunitarias, señala Taratuty, es que intervienen casi todas las áreas de la empresa.
“Es emocionante ver cómo personal de Compras, Administración y niveles gerenciales se unen para colaborar”, describe. Taratuty explica que la compañía trató de identificar las necesidades urgentes en los lugares donde tiene actividad, para desarrollar propuestas allí: “Consideramos que la educación es la base de la formación de una persona. Por eso concentramos nuestros esfuerzos en esa área”.
Otra empresa que implementa una política de RSE es la compañía de seguros San Cristóbal. En este caso, el foco de la acción estuvo puesto en los más pequeños.
Silvia De Pauli, responsable de Comunicaciones y RSE, cuenta que el programa “Los grandes por los chicos” se lanzó en 2010. La firma organizó cinco recitales gratuitos en Rosario, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Salta. Asistieron 55.000 personas y se recaudaron $735.835, que se destinaron a instituciones vinculadas con la niñez.
Las repercusiones de estas acciones entre los empleados no se hicieron esperar. De hecho, De Pauli asegura que “a través del correo electrónico llegaron numerosos mails donde se expresan opiniones y se proponen ideas, lo cual es altamente valioso”.
FUENTE: Clarín