Diversos estudios revelan que las diferencias entre las generaciones laborales no son tan marcadas como se suele afirmar.
No veo ninguna esperanza para el futuro de nuestro pueblo si dependemos de la juventud frívola de hoy; por cierto, todos los jóvenes son imprudentes más allá de las palabras. Cuando yo era niño, nos enseñaron a ser discretos y respetuosos de los ancianos, pero la juventud actual es muy sabia e impaciente de moderación". (Hesíodo, 700 AC, Roberts, Edmonds, & Grijalva, 2010).
¿Hace cuánto tiempo que venimos siendo víctimas del síndrome de las diferentes generaciones? Póngase una mano en el corazón y pregúntese cuánto ha invertido ya su empresa en explicar el "fenómeno de la Generación Y". Vivimos con culpa la cotidianeidad laboral, como un padre profesional que siente que debe compensar a sus hijos y entenderlos de manera especial a cada momento.
RECALCULANDO
No vengo aquí a liberarlo de un tema frecuente en su terapia semanal pero sí a incorporar una mirada que le ayude a repensar el tema.
En el reciente 27º congreso de la Society for the Industrial & Organizational Psychology (SIOP), realizado en San Diego en abril, se presentaron infinidad de trabajos, pósters, conferencias, debates, simposios y talleres, todos sumamente interesantes. Sin embargo, uno de ellos concitó mi mayor atención: "¿Existe realmente una diferencia de valores entre las diferentes generaciones?".
Les confieso que fue como música para mis oídos, ya que siempre miré con recelo todo aquello que, con la velocidad de un rayo, se propaga por el ámbito empresarial sin mediar mayor análisis y sustento científico.
Se trataba de cuatro estudios realizados entre 2001 y 2011 ten- dientes a evaluar si las preferencias, motivos, valores e intereses personales y laborales difieren significativamente (o no) entre generaciones. En todos ellos se contemplaron aspectos demográficos como nacionalidades, culturas, etnias, género, etc. y, por supuesto, la segmentación etaria.
Las diferencias existen pero no son significativas y concluyentes desde el punto de vista científico.
RIGOR CIENTIFICO
Dichos estudios reconocen que existen ciertas diferencias generacionales pero no arrojan resultados concluyentes en términos absolutos.
No hay diferencias significativas en cuanto a valores, preferencias, motivos e intereses. Sí existen mayores divergencias en el plano de la diversidad cultural.
En el debate que se generó con los disertantes, una de las conclusiones a las que se arribó es que la edad es sólo una aproximación para definir a las gene- raciones. En uno de los estudios se hizo hincapié en el uso de la tecnología como uno de los indicadores que podrían tomarse para próximos estudios, lo que permitiría salir del estereotipo de las brechas generacionales.
La edad es sólo una aproximación para definir las generaciones. En China, una generación tiene un alcance de diez años; en los enfoques occidentales, entre quince y veinte.
Algunos autores toman a las generaciones con diferencias de tres a cuatro años según el estudio.
Es decir que, para algunos, caemos en el casillero de los baby boomers y para otros, en el de Generación X. Esto da que pensar acerca de la falta de rigurosidad con la cual se está abordando esta temática.
MENCIONES
El Dr. Kevin Meyer, moderador de la conferencia e investigador en jefe de Hogan, presentó algunos datos que llaman a la reflexión.
Encontró 8.128 referencias en Amazon.com sobre las diferentes generaciones y sólo 14 trabajos de investigación sobre "diferencias generacionales" y "valores laborales" al hacer un rastreo en PsychInfo de la American Psychological Association (APA).
Quizás sea el momento de abordar de forma más rigurosa y cien- tífica este fenómeno organizacional. Parafraseando a un supuesto Generación Y: "la conferencia y sus conclusiones me partieron la cabeza".
FUENTE: Clarín