En el encuentro que mantuvo la mesa chica de la UIA con la presidenta Cristina Fernández el viernes pasado, los empresarios notaron una buena predisposición por parte del Gobierno a rever la medida si queda demostrado el impacto adverso sobre el sector. Pero fuentes de Economía descartaron que pueda haber cambios en el impuesto y adjudicaron el impacto del gravamen en los autos de alta gama por la suba de precios.
"“Si son vehículos de fabricación nacional, no pueden trasladar toda la devaluación a precios porque la mano de obra es nacional”", dijeron en la cartera que dirige Axel Kicillof. En Economía consideran que las suspensiones que está habiendo en la industria autopartista son utilizados como mecanismo de presión y que si existe una negociación para bajar el impuesto, será a cambio de que bajen los precios.
La industria atraviesa un escenario de parálisis en las ventas internas y una caída en la exportación a Brasil, por lo que la proyección para este año es de una caída en la producción del 20%. Además, el rubro autopartista –compuesto fundamentalmente por pymes– avanza con las suspensiones de personal por menor producción y ello también genera conflictos de producción. Por otra parte, se suman algunos conflictos gremiales, como sucede en la plata de ópticas Cibie Valeo, cuyos trabajadores mantienen paralizada la planta desde mediados de febrero por un reclamo salarial.
A raíz de esta situación, la planta que Renault tiene en Córdoba no producirá hoy porque es cliente de Valeo y no tiene más ópticas en stock para producir los autos.
El titular de la UIA, Héctor Méndez, reiteró el fin de semana que este año la producción industrial caerá 2% y que “eso podría impactar en el nivel de empleo, en especial en el sector automotriz y de autopartes.
Fuente: El cronista
